Ser una figura pública tiene sus ventajas y privilegios, y la periodista de investigación ganadora del Emmy Alicia Ortega siempre los había apreciado. Sin embargo, cuando necesitó una cirugía en la columna vertebral, descubrió que la fama también tiene sus desventajas.
“¡Nadie quería tocarme!”, dice. Los médicos locales en República Dominicana, donde Alicia es CEO y vicepresidenta ejecutiva de Grupo SIN y conduce El informe con Alicia Ortega, al parecer, estaban demasiado nerviosos como para atender a una presentadora tan conocida. Afortunadamente para Alicia, encontró al Dr. Roger Härtl en Weill Cornell Medicine y NewYork-Presbyterian, quien la ayudó a recuperarse y a volver a trabajar, en poco tiempo.
Alicia había tenido problemas en la espalda durante años, y los atendía con tratamientos. Pero un día, de la nada, el dolor comenzó a tomar vida propia y a hacer que le resultara difícil caminar. Después de hacerse una MRI, a Alicia le dijeron que tenía una hernia de disco en la zona lumbar. Los médicos volvieron a darle un tratamiento y la sometieron a una tracción para intentar aliviar la presión. No ayudó. El bloqueo de nervios tampoco funcionó. Su cirujano de confianza estaba de vacaciones, y otros médicos del centro médico donde había estado hospitalizada durante casi cinco días no querían hacer ningún tipo de procedimiento en una celebridad de tal calibre.
“Una amiga había tenido una cirugía en NewYork-Presbyterian, y los recomendó”, recuerda Alicia. “Cuando mi familia los llamó, dijeron que el Dr. Härtl estaba disponible”. El Dr. Härtl es un experto de renombre mundial en hernias de disco, en especial, en tratamientos quirúrgicos mínimamente invasivos que reducen el tiempo de recuperación, y aceptó hacer la cirugía de Alicia.
“Me llevaron en un vuelo un martes, seis días después de que comenzara el dolor”, dice Alicia. Es un poco inusual que el paciente pase tiempo en el hospital antes de la cirugía, pero el Dr. Härtl necesitaba tiempo para las pruebas de diagnóstico por imágenes y análisis que debía hacer para ver el alcance de la hernia por sí mismo. Cuando vio las imágenes, el Dr. Härtl se dio cuenta de que el dolor de Alicia no lo causaba el problema en la zona lumbar que los médicos dominicano habían visto, sino una hernia de disco extraforaminal más arriba en la columna. La hernia no requería una fusión completa; en lugar de eso, el Dr. Härtl sabía que podía hacer una microdiscectomía. Una microdiscectomía mínimamente invasiva no limitaría el movimiento de Alicia como podría hacerlo una fusión, y ella se recuperaría mucho más rápido que después de una cirugía abierta.
Con un dolor insoportable mientras esperaba la cirugía, Alicia tenía miedo de nunca sentirse mejor. No obstante, cuando conoció al Dr. Härtl, su tranquilidad y confianza la confortaron y calmaron.
“Siempre tengo que tener el control”, ahora dice riendo. “Pero esos ojos azules... Dios me habló mediante sus ojos y me dijo que me relajara y soltara el control. El día de la cirugía, no rezaba por mí, rezaba para que él hiciera un buen trabajo”.
Obviamente, el Dr. Härtl hizo un buen trabajo, y la cirugía fue un éxito. “Me levanté y caminé inmediatamente después de la cirugía”, se maravilla Alicia. “Al tercer día, el Dr. Härtl me dijo que podía ir al centro comercial, donde compré un vestido de novia para mi hija mayor. Tomé un vuelo de regreso a casa, a República Dominicana, una semana después, y volví al trabajo en poco tiempo”.
“Me alegró mucho poder ayudar a Alicia”, dice el Dr. Härtl. “Como toda persona que tuvo una hernia de disco sabe, el dolor puede ser intenso, pero recibir el diagnóstico correcto es crítico, y esa fue la clave en el caso de Alicia. El disco problemático en la zona lumbar era más visible en las pruebas de diagnóstico por imágenes y podría darle problemas en el futuro. Pero con mejores pruebas de diagnóstico disponibles aquí, pudimos ver que la hernia que en realidad le causaba dolor estaba un par de vértebras arriba. Poder aliviar su dolor —en especial, con un procedimiento mínimamente invasivo en lugar de una cirugía mayor abierta— y ayudarla a recuperarse y a que volviera a tener buena salud es extremadamente gratificante para mí”.
Alicia sabe lo afortunada que es por haber tenido la oportunidad de volar a Nueva York para una cirugía con un experto de primer nivel, y está agradecida por eso. Se une a una lista de cientos de pacientes de todo el mundo que han viajado a Nueva York para someterse a una cirugía de columna con el Dr. Härtl, y está agradecida por cada día sin dolor. “He recomendado al Dr. Härtl y NewYork-Presbyterian a otros desde mi cirugía”, dice, “y Global Patient Services hizo que todo sucediera, ocupándose de cada detalle, desde contactar al Dr. Hartl hasta programar todas las citas después la cirugía." Para aquellos que pueden hacerlo, dice, vale la pena el viaje.